Para nadie es un secreto que la pandemia por Covid-19 ha traído consecuencias desfavorables no sólo a la salud física, sino también a la salud mental de la población en general. El desconocimiento y encuentro con situaciones amenazantes nos obligan a responder y buscar salvar nuestra salud mental en tiempos de crisis por el coronavirus.
Actualmente nos enfrentamos a una de las mayores pandemias de los últimos tiempos, llamada Covid-19, se inició de manera silenciosa, pero al llegar a todos los países se ha postrado sin poder ser erradicada en su totalidad. Los especialistas han encontrado múltiples síntomas físicos de difícil eliminación, y a esto se le suma las repercusiones emocionales que trae no sólo a los que padecen el coronavirus, también a los que no.
Según un estudio realizado en España los especialistas en salud mental también deben prepararse para la llegada de futuros trastornos emocionales en la población, tales como: la ansiedad, angustia y depresión que ya forman parte de las alteraciones que acompañan al virus de Covid-19.
La salud mental asociada al coronavirus es un nuevo campo a estudiar, el aislamiento social, las medidas de seguridad, pérdida de fuentes de empleo y seres queridos son la nueva realidad que está viviendo el mundo entero, y es precisamente el desconcierto lo que proporcionará el aumento a las asistencias sanitarias en salud mental.
Muchos se anclan a esperanzas del pasado, las dinámicas sociales a las que estábamos acostumbrados ya no formaran parte de nuestras vidas, o por lo menos no de la misma manera en la que estaba antes del coronavirus. La mayoría de las personas afectadas por los trastornos emocionales los asocia a la incomunicación y a la sensación de soledad por las medidas de aislamiento adoptadas para evitar el contagio del coronavirus.
Nadie está exento de las repercusiones emocionales vinculadas a la pandemia por Covid-19, empezando por los médicos, quienes deben lidiar no sólo con el temor al contagio sino también que deben cumplir con las obligaciones con sus pacientes enfermos y que a la vez deben mantener su propia estabilidad física y mental.
Las emociones forman parte de la vida de las personas, las experiencias de alegría, miedo, angustia e irritabilidad se desencadenan a lo largo de la vida de acuerdo con las situaciones individuales y personales. Los factores que pueden originar estas expresiones a causa del covid-19 pueden ser similares a otras situaciones emocionales del pasado, o pueden acrecentarse debido al temor por el coronavirus.
Para especialistas de Latinoamérica las principales conductas y síntomas emocionales pueden estar vinculados principalmente al rechazo social por temor al contagio, estigmatización a las personas que padecen coronavirus, al igual que comportamientos egoístas y de extremos cuidados personales que pueden resultar contraproducentes en el desarrollo de las actividades sociales.
La capacidad de empatía se puede ver deteriorada, debido a la búsqueda de sobrevivencia, donde se tornen conductas de evitación y rechazo al círculo social fuera del hogar. Trastornos como ansiedad generalizada, específica y estrés constante se detonan por cualquier factor relacionado con el coronavirus. Alteraciones alimentarias, hábitos de sueño y frustraciones están impactando a la población. Esto aunado al desconocimiento y a la avalancha de informaciones catastróficas que recibimos día a día. No solamente se presenta el miedo, también la incertidumbre y la cercanía de la muerte.
Toda situación de riesgo provoca mecanismos de respuestas, y la mayoría de las personas actúa de acuerdo con sus propias experiencias de vida en situaciones pasadas. Es importante recalcar que todas las personas no responden emocionalmente de la misma manera, sería absurdo esperar un comportamiento idóneo ante la gravedad del covid-19. Sin embargo, se debe buscar las experiencias vividas y recomendaciones de personas que han salido airosas de esta situación, y tomar como referencia estas vivencias para apoyar a otros que están padeciendo la enfermedad.
La ansiedad es un trastorno que origina una sintomatología mental y física, está dividida en subtipos, pero sus principales características son la angustia, el temor, las preocupaciones excesivas, miedo que viene acompañados de malestares físicos como taquicardia, alteración del sueño y otras.
En el caso de la ansiedad relacionada por Covid-19, se observa un incremento en la preocupación por adquirir el coronavirus, acompañado de comportamientos para evadirlo como la compulsión a la limpieza, acumulación de productos de primera necesidad, visitas constantes al médico para descartar la adquisición del coronavirus y el temor a la exposición social.
Los estudios realizados en China referente a la depresión por Covid-19, indican que el aumento de casos de depresión se ha visto mayormente en hombres y en personas sin educación, y sobre todo en aquellas personas que han perdido familiares y seres queridos por Covid-19.
La depresión está relacionada con los protocolos de salud impuestos para evitar el contagio con el virus. Estos protocolos impuestos no permiten el cuidado de un familiar con coronavirus o simplemente despedirnos de nuestros seres queridos en caso de que estos mueran. Los ajustes en nuestra vida social nos obligan a un desapego abrupto de nuestros seres queridos, aumentando considerablemente los duelos patológicos.
Las personas más afectadas por el coronavirus producto del estrés son jóvenes entre 18-30 años y también los adultos mayores. Según un estudio realizado en china el 35 % de los participantes jóvenes arrojó cifras altas en los niveles de estrés. Estos resultados están relacionados con el acceso a las redes sociales e internet.
En el caso de los adultos mayores la posibilidad de contraer Covid-19 es mayor a la de los jóvenes debido a la comorbilidad con otras patologías médicas y vulnerabilidad por la edad.
Las constantes alteraciones de la salud mental son parte de la vida, pero por la influencia debido al virus de Covid-19 se esperan grandes esfuerzos y cambios para afrontarla.
Una de las principales preocupaciones de la mayoría de las personas es el área de las finanzas economía. Las perdidas sociales y económicas son a nivel mundial. Lamentablemente la mayoría se verá afectada por esto debido a la pandemia por coronavirus. El detenimiento de la producción nos mantiene en preocupaciones y acumulación de deudas, el esfuerzo para guardar los ahorros, todo esto sumado el distanciamiento social obligatorio para evitar la propagación del coronavirus ha promovido mayores trastornos psicológicos, frustraciones e ira.
El hecho de dejar los puestos de trabajo en las oficinas para trabajar desde casa fue el primer impacto que muchos tuvieron que asumir, esto sin tener las herramientas tecnológicas y espacio confortable de trabajo en el hogar. Aunado a esto la zozobra de ser despedidos y finalmente el cambio de rutina de la oficina al trabajo en casa.
Aceptar las nuevas medidas de distanciamiento por el covid-19 proporcionará mayores niveles de estrés, los actos de esparcimiento, reuniones sociales y visitas a lugares recreativos ya no serán la forma de liberarse de la cotidianidad. Nuevas políticas y normativas deberán ponerse en marcha para brindar a la población general espacios de diversión y pasatiempo.
El aislamiento social preventivo puede comenzar a percibirse como la asociación de estar preso en el propio hogar. Sin duda es necesario que se tomen las medidas de salud correspondientes para disminuir el riesgo de contagios por coronavirus, pero la incertidumbre del tiempo de aislamiento y programas de normalización progresiva social son situaciones que aumentarán los síntomas psicológicos mencionados anteriormente por el coronavirus.
Toda pérdida marca significativamente la vida de cualquier persona que debe despedirse de un ser querido para siempre. Protocolos de salud han declarado que los rituales fúnebres no podrán realizarse como de costumbre para evitar la contaminación y esparcimiento del virus.
Los procesos y etapas del duelo por las que atraviesa un ser humano son necesarias para el desapego con el ser querido que fallece. Este escenario de no despedida causara patologías mayores, aumentando los trastornos depresivos, ansiosos y casos graves de brotes psicóticos. El acompañamiento psicológico será fundamental para nuevos tratamientos y aceptación de los dolientes.
Las emociones que causan malestar son propias y naturales del ser humano, es necesario reconocerlas, buscarle origen y asumir formas de desahogo. Las personas han manifestado emociones relacionadas a la frustración, ira, decepción, soledad y otras. Es por ello que lo principal es aceptarlas y canalizar nuevas alternativas de bienestar, redireccionar nuevas actividades de tranquilidad, placer y optimismo. Todos tenemos proyectos sin terminar, este podría ser el momento para intentar iniciarlos, permitiendo nuevas rutinas y proyecciones mentales.
Anclarse a familiares y amigos por las diferentes redes sociales es el sustento emocional más importante, el apoyo es la base para cualquier desaliento, cuidar los hábitos alimenticios y de sueño, y librarse de manera progresiva del exceso de mala información.
La principal intervención psicológica es la prevención, el conocimiento de la enfermedad para favorecer el manejo y control de las manifestaciones emocionales. Es importante la asistencia psicológica individual y grupal de las personas que padecen los síntomas emocionales producto del virus por Covid-19. Líneas telefónicas de apoyo y redes de intervención en crisis serán fundamentales para abordar esta nueva ola de alteraciones psicológicas y psicosomáticas.
Las repercusiones emocionales consecuentes a la pandemia por Covid-19 marcará un antes y un después en la vida de todos los seres humanos, darnos el espacio para aceptar todas las perdidas es importante para una recuperación emocional progresiva.
No existen indicaciones precisas que puedan funcionar para todos, por eso es importante la búsqueda de ayuda profesional si la situación se torna desesperante debido a la pandemia por coronavirus.
El apoyo y la empatía nos permitirá salir poco a poco de todo el malestar que estamos viviendo, el optimismo lo podremos construir con el ensayo y error propio de la vida y poder salir airosos del coronavirus.
El aumento de las repercusiones emocionales por covid-19 de la población va en incremento, y aquellos con patologías psiquiátricas previas son los más afectados por el coronavirus, trastornos como estrés postraumático, ansiedad, depresión y deterioro social son las alteraciones más relevantes a las que estamos expuestos por el coronavirus.
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