Muchas investigaciones se han realizado acerca de las métodos de protección que debe tomar la población para prevenir la propagación del Covid-19 y de un posible contagio. Entre las medidas está el uso de tapabocas, los expertos afirman que son efectivos para evitar la infección por coronavirus, y que sólo confieren protección junto con el correcto lavado de manos y el distanciamiento social.
Es importante conocer cuáles son las formas en las que se transmite el coronavirus para entender las razones por las que los expertos recomiendan el uso de tapabocas y quienes de acuerdo con el contexto en el que se encuentren deben utilizarlo.
La propagación de infecciones respiratorias como COVID-19 se efectúa a través de gotículas respiratorias en contacto directo (a menos de 1 metro de distancia) con la persona sintomática que presenta tos o estornudos. Estas se introducen en las mucosas expuestas del individuo sano como ojos (conjuntiva), nariz y boca. Según análisis realizados del COVID-19 esta es la vía de transmisión principal.
El contagio indirecto se produce cuando las gotículas respiratorias de la persona infectada con COVID-19, caen en superficies o fómites que están a su alrededor o en objetos que haya utilizado. Posteriormente el individuo sano genera el contacto o hace uso de ellos, favoreciendo así la entrada de estas partículas de COVID-19 a las mucosas expuestas trasladándolas con las manos hacia el rostro.
La transmisión aérea del COVID-19 es posible a través de los núcleos goticulares que contienen microbios. Estos pueden permanecer en el aire por largos períodos de tiempo, llegando a personas situadas a más de 1 metro de distancia. Esta vía de infección del Coronavirus puede producirse en lugares específicos como centros de atención sanitaria, donde se realizan procedimientos médicos que generan aerosoles como por ejemplo broncoscopia, administración de fármacos por nebulización, intubación endotraqueal, desconexión del paciente de un ventilador y reanimación cardiopulmonar.
Son tapabocas no sanitarios que cubren boca, nariz y mentón que proporcionan sujeción en la cabeza o en las orejas. Deben estar confeccionados con un material reutilizable filtrante de microorganismos del COVID-19 que permita la respiración. Este tipo de cubrebocas puede ser fabricado en casa de manera artesanal o por empresas. Estos están destinados para adultos y niños a partir de 3 años sin síntomas.
Son tapabocas sanitarios que cubren boca, nariz y mentón y son utilizados durante la realización de procedimientos médicos o quirúrgicos para evitar el contacto de los fluidos del usuario con el paciente y sólo protegen al resto de las personas de contraer coronavirus y no al portador. Por lo tanto, estos tapabocas deben ser empleados por el personal de salud al igual que los individuos que se encuentren en ambientes vulnerables de infección por COVID-19.
Estos son tapabocas de alta eficacia que forman parte del Equipo de Protección Individual (EPI) cuyo objetivo es proteger al profesional sanitario del contagio ya que retienen las partículas infecciosas de COVID-19. La clasificación europea FFP (Filter Face Piece) categoriza los cubrebocas en estándares de acuerdo con su eficacia para retener las partículas de COVID-19 como P1, P2 y P3 y a su capacidad filtrante FFP1, FFP2 y FFP3 ambos expresados en porcentaje.
Este es uno de los cubrebocas más conocidos y es recomendado por el Centro para el Control de Enfermedades de EE. UU como parte del equipo de protección contra el COVID-19 para todos los profesionales sanitarios y la población vulnerable de contagio por coronavirus. Los respiradores N95 basados en estándares estadounidenses, tienen una capacidad de filtrado de 95%, por lo que proporcionan al igual que los tapabocas EPI una protección muy elevada contra el COVID-19.
Los expertos alegaban que el uso del cubrebocas no era eficaz contra el contagio por Coronavirus y que las personas no debían tener una falsa seguridad de protección contra el COVID-19 y que el uso de este debe complementarse con medidas de higiene como lavarse las manos frecuentemente y el distanciamiento entre personas.
Explican que los tapabocas no filtran el aire que se inhala y no quedan ajustados correctamente en la nariz y la boca, dejando los ojos expuestos y espacios libres que facilitan la entrada de las partículas infecciosas de COVID-19 a estas mucosas. Además, las personas no los utilizan de manera adecuada, puesto que tocan el cubreboca con las manos para acomodarlo en el rostro perdiendo así efectividad contra el COVID-19.
Sin embargo, recientemente la revista “Annals of Internal Medicine” publicó los resultados de una investigación científica sobre COVID-19, donde confirman que los tapabocas quirúrgicos y de tela si confieren protección, y por lo tanto son útiles para evitar la propagación del COVID-19 siempre y cuando se porten correctamente junto con el distanciamiento social.
Las autoridades médicas declaran que el cubrebocas no detiene las partículas virales más pequeñas e infecciosas del coronavirus. No obstante, la mayoría de los contagios de COVID-19 se producen por partículas más grandes que son retenidas por la tela (quirúrgica o de otros tipos) contenidas en secreciones o aerosoles que se expulsan al hablar, toser o estornudar, por lo que los tapabocas de algunos tipos de tela si reportan eficacia contra el coronavirus.
Estos estudios demuestran que el cubrebocas ayuda a prevenir el contagio por coronavirus, debido a que disminuyen el riesgo de que estas gotículas infecciosas de COVID-19, sean expelidas en el aire y caigan en superficies y objetos que se ocupen y posteriormente sean trasladadas a las mucosas por el tacto.
Los estudios de COVID-19 basados en evidencia científica revelaron que la filtración para capas individuales de tela de algodón, en un experimento de bioaerosol de partículas que miden (0.2 µm), fue entre 43 y 94 %, en comparación con el 98 % para la tela de tapabocas quirúrgicos. Mientras que 1 capa de tela de paño de cocina obtuvo un 72% de eficiencia opuesto a la tela de camiseta con un 52%.
Según el Departamento Federal (Health Canada) los tapabocas higiénicos, deben estar fabricados con 2 capas de materiales de fibras muy apretadas entre sí como el algodón o el lino, para impedir que estos tejidos se abran y formen agujeros que permitan la entrada de microorganismos infectantes de coronavirus.
Una forma de saber si la tela del cubrebocas tiene el grosor adecuado, es colocándola a contraluz, si es translúcida es muy fina y si se observa más bien opaca aporta utilidad contra el COVID-19.
La respuesta a esta interrogante es “no”, la Organización Mundial de la Salud recomienda actualmente que todo el personal sanitario que se encuentre en el interior de centros hospitalarios debe usar tapabocas médicos en todas sus áreas, incluso si no se tiene registro de pacientes internados con Coronavirus.
Asimismo, destaca que la población general y las personas mayores de 60 años con enfermedades de base, deben portar cubreboca de tela como barrera al COVID-19 y que pueden ser fabricados en casa, en situaciones donde el distanciamiento social no sea posible como en los medios de transporte público y tiendas.
La actualización de estas recomendaciones se fundamenta en nuevas investigaciones científicas que prueban que la creciente propagación del COVID-19 se puede efectuar por personas antes de presentar síntomas.
La Normalización Española publicó una guía sobre el uso correcto de los tapabocas, ya que, si no se realiza de forma adecuada, el cubrebocas pierde efectividad contra el COVID-19, por este motivo en el caso de niños deben ser supervisados por un adulto.
Se recomienda colocar el cubrebocas sobre la piel desnuda y para las personas que tengan vellos que puedan interferir con el ajuste del cubrebocas deben afeitarse.
Retirada del cubrebocas
Los científicos de los Organismos de Salud han sido enfáticos en recomendar el uso de tapabocas, así como del lavado frecuente de manos y el distanciamiento social, pues concuerdan luego de mucho debatir, que la problemática que implicó una emergencia sanitaria sin precedentes como la del COVID-19, puede mitigarse cumpliendo estrictamente estas indicaciones y evitar en gran medida la propagación del coronavirus.
Son muchas las investigaciones que se continúan realizando para finalmente encontrar una vacuna para el coronavirus, mientras tanto se continúan los estudios que conllevarán a descubrimientos que brinden aportes significativos en la lucha contra el COVID-19.
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