Una persona que sufre estrés, siente una tensión especial en su organismo, causado como consecuencia de determinadas situaciones que la agobian constantemente. Se trata de un síndrome muy común hoy en día en la sociedad, debido al estilo y al ritmo de vida actual. Esto provoca características de ansiedad, cansancio y gran cantidad de síntomas físicos que podrían variar de acuerdo a cada persona.
En Salud Consultas te detallaremos cuáles son las diferencias más básicas de ambas condiciones que afectan tu bienestar, para que sepas identificar si padeces estrés o ansiedad, y darle una respuesta con un tratamiento a estas patologías que perjudican tu organismo y paz mental.
En la vida cotidiana, en muchas ocasiones nos vemos colmados por el quehacer diario, solemos decir ¡Que día tan estresante! ¡Necesito un respiro, estoy estresado (a)! ¿Cierto? y es que el estrés surge cuando no tenemos la capacidad de adaptarnos a las circunstancias que se nos presenta en el camino. Nos vemos superados por esas situaciones. El estrés es eso, un síndrome donde el ser humano no puede responder de manera adecuada a las tensiones. Por ende, sufre “alteraciones psicológicas y biológicas, las cuales pueden generar a lo largo del tiempo determinadas enfermedades, pues el estrés tiene efectos en el cuerpo”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó el estrés como una de las enfermedades del siglo XXI. También, fue definido como un Síndrome de Adaptación General (SAG) en los años 50, por especialistas del tema. Las personas que sufren un estado de estrés sienten una especie de fatiga y ansiedad física y psicológica que podrían deberse a diferentes factores, siendo uno de los más habituales el estrés laboral, es decir aquel que aparece debido a una sobre-exigencia de trabajo en el ámbito laboral. El estrés funciona como respuesta del organismo ante determinados estímulos que nos resultan amenazadoras o que nos ponen a prueba y nos exigen más de lo que podemos dar en determinados momentos.
En cierto modo, todos padecemos o podemos padecer de estrés en algún momento de nuestras vidas y esto es necesario ya que nos sirve para adaptarnos a la situación y a las circunstancias que nos rodean. El problema aparece cuando el estrés se vuelve excesivo porque la exigencia es demasiada y aparece una gran cantidad de síntomas que afectan al desempeño normal del día a día.
Existen distintos tipos de estrés que son importantes identificarlos y diferenciarlos a cada uno para darle el enfoque correspondiente de su tratamiento. Los tipos de estrés que te mencionaremos son los siguientes:
Este tipo de estrés es el más común porque todos en alguna oportunidad lo padecemos. Se produce por presiones y exigencias que nosotros mismo nos colocamos. Además, su aparición es a corto plazo. Puede causar dolores de cabeza, malestares estomacales y una alteración psicológica.
El estrés agudo episódico es también muy común. Un gran porcentaje de pacientes llegan a los consultorios psicológicos con esta patología. Se diferencia del anterior, en que la persona que lo padece es por exigencias irreales. Las personas con estrés agudo episódico se irritan con facilidad y son hostiles. Viven en una constante preocupación por las cosas del futuro.
Los pacientes con estrés crónico, llevan una vida de desgaste emocional y físico. Este tipo de estrés “destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo”. Aparece cuando una persona no encuentra salida a una determinada situación. Se vuelve desesperanzada y bloqueada. Por ejemplo, estar en una situación de escasos recursos, en un matrimonio con problemas, en un puesto de trabajo que no le agrade; estas situaciones pueden generar el estrés crónico y afectar gravemente la salud física y emocional. Este tipo de estrés es peligroso porque puede generar ansiedad a la persona que lo padece, por lo tanto es más propensa a sufrir de depresión y en algunos casos extremos llevar al suicidio.
Este tipo de estrés está asociado al ámbito del trabajo. Es cuando la persona se enfrenta a una situación tensa en su ambiente laboral. Puede tener dos vertiente, una positiva y otra negativa. En la positiva, la persona que lo padece sale airosa de esa situación y en la negativa, sucede todo lo contrario. El estrés se prolonga generando insomnio y otros malestares físicos y psicológicos.
Surge cuando la persona se incorpora a su puesto de trabajo, luego de unas vacaciones. Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (Seas), este síndrome puede afectar nuestro rendimiento y motivación, no permitiendo recuperar el ritmo laboral que se tenía. Las personas que lo padecen están siempre preocupadas, dudan de todo, tienen dolores de cabezas y pierden el apetito.
Este síndrome lo padecen las mujeres por los cambios físicos y psicológicos que enfrentan durante el proceso de gestación. Las embarazadas lo padecen porque no saben cómo enfrentar estos cambios que le suceden en la espera del bebé.
El estrés metabólico es definido como una “acumulación de productos metabólicos, conocidos como productos de deshecho, como el lactato, fosfato y iones de hidrógeno (H+) de la mano con hipoxia”.
Esos son los mas comunes. Sin embargo puede haber otros síntomas, como :
No todas las personas presentan los mismos síntomas ante una situación de estrés. Los síntomas más notorios y que casi todo el mundo padece es la permanente sensación de miedo y duda, así como el cansancio excesivo, acompañado de algún síntoma fisiológico como por ejemplo el malestar estomacal constante, o los dolores de cabeza.
La ansiedad en unos casos está relacionada con el estrés. Los especialista en el tema, la definen como un fuerte trastorno relacionado con las emociones y sentimientos. Al ser una persona ansiosa se activa un mecanismo de respuesta en el organismo para enfrentar una determinada situación de la vida cotidiana. La ansiedad no es más que una fuerte emoción que se asocia a sentimientos de miedo, nervio, inquietud y preocupación excesiva.
Los tipos de ansiedad más comunes son los siguientes :
Este tipo de ansiedad aparece casi a diario en forma de nerviosismo o tensión crónica. No tiene una causa identificada y la persona que lo padece siente temores o preocupaciones futuras que puede estar relacionado con él mismo o con parientes cercanos.
La persona con este tipo de ansiedad experimenta una crisis de angustia o ataque de miedo, sintiendo que van a morir. Aparece de forma recurrente y espontánea y también está vinculado también con síntomas físicos, como palpitaciones, sudoración, temblores o mareos.
El paciente padece de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación. Por ejemplo, el miedo a volar, a los pájaros o a los espacios abiertos.
Las personas con este trastorno tienen pensamientos o acciones involuntarios. Por ejemplo: lavarse las manos a cada rato.
Es un tipo de ansiedad donde la persona afectada tiene secuelas psicológicas desagradables tras un trauma emocional, como la vivencia de una guerra o una violación. El paciente suele vivir recuerdos persistentes del suceso traumático y no tiene interés por vida cotidiana.
Los síntomas de la ansiedad son variados y dependerá del tipo de trastorno que padezcas. Los síntomas más comunes de ser una persona ansiosa son los siguientes:
Puede que veas difícil encontrar las diferencias entre la ansiedad y estrés a simple vista. No obstante, ambas patologías no son iguales, aunque lo parezca por la forma en cómo afecta nuestro bienestar. Es de suma importancia saber distinguir ambas condiciones, porque de ello dependerá nuestra salud. Una de sus diferencias principales, es que el estrés aparece por un momento determinado y dura un corto plazo; Por otro lado, la ansiedad es una patología que puede extenderse por varios meses y hasta años sino es tratada como es debido.
El estrés es una reacción ante un problema, mientras que la ansiedad es la reacción al propio estrés
A continuación te presentaremos una serie de diferencia entre ambas enfermedades asociadas a la mente:
La ansiedad se diferencia del estrés por el origen o la causa de que aparezca estos síndromes mentales en la persona. El estrés surge ante determinadas situaciones que la persona siente que no puede superar. Mientras que en la ansiedad, la causa no está totalmente identificable, ya que la persona puede sentirse amenazada o miedosa sin estar involucrada en alguna situación o experiencia.
Como hemos afirmado desde un principio, la ansiedad tiene una estrecha relación con los síntoma del estrés. La confusión de asociar ambas patologías mentales se deriva a que en algunos casos aparecen juntas. Pero, es importante recalcar que una situación estresante puede generarte un estado de ansiedad prolongado.
Otra de las formas clínicas para diferenciar la ansiedad del estrés es por los factores que desencadenan ambas situaciones mentales. De acuerdo a los estudios sobre el tema, el estrés surge a partir de factores externos, mientras que la ansiedad por factores internos pero también se puede desencadenar por factores externos. Es decir, cuando uno se estresa es porque enfrenta una situación que está en el entorno que nos rodea. Por ejemplo, el trabajo, una actividad de la universidad, un viaje a otro país, etc. Todo lo contrario ocurre con la ansiedad, ya que es un trastorno caracterizado por preocupaciones pasadas o futuras que interfieren en el desenvolvimiento normal de la persona, siendo ésta más grave que el estrés.
Otro factor diferenciador entre el estrés y la ansiedad son las emociones que predominan en cada uno de estos estados. En el estrés, la persona padece una preocupación constante, que le provoca sentimientos de tristeza, nerviosismo y frustración. En la ansiedad, la emoción que mayormente está presente es el miedo a que algo malo suceda, lo que provoca en la persona un estado de bloqueo mental.
El estrés aparece en el tiempo presente de la persona, por ejemplo vivir una situación de estrés porque debes presentar una examen universitario de suma importancia. La ansiedad, por el contrario, se sitúa en un espacio temporal del futuro. La persona se siente nerviosa o con miedo a lo que pueda pasar. El momento de estrés se acaba cuando se supera esa situación, mientras que la duración del estado de ansiedad es más complejo porque está asociado a “pensamientos irracionales y frente a ello, la ansiedad puede prolongarse sin un final fijo”.
Ambas situaciones pueden causar grandes problemas de salud si se presentan de manera constante. No obstante, según la opinión de muchos expertos en la materia, la ansiedad es mucho más grave para nuestra salud. Puede causar trastornos psicológicos como: fobias, ataques de pánico y trastorno de ansiedad generalizada. Por el contrario, el estrés no es tan intenso y no genera graves enfermedades en el organismo de la persona.
Los tratamientos recomendables para estrés y la ansiedad son diferentes. Para el estrés, los psicólogos recomiendan que la persona enfrente la situación estresante como primer paso. También, el tratamiento consiste en realizar actividades que despejen la mente, ejemplo hacer yoga o ejercicios al aire libre. En el caso de la ansiedad, como es una patología mental un poco más grave, su tratamiento consiste en recibir una “medicación y terapia psicológica” de manera progresiva y constante y en algunos casos recibir tratamiento médico psiquiátrico. El estrés y la ansiedad son dos condiciones que perjudican tu salud y aunque una es más grave que la otra, ambas no te dejan avanzar ni alcanzar tu bienestar emocional. Es importante reconocer las diferencias de ambas patologías para poder buscar la ayuda y el tratamiento correcto.
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