El Coronavirus tuvo sus inicios en la ciudad de Wuhan, China a finales del año 2019, de allí se expandió rápidamente y se han registrado hasta la fecha aproximadamente 3.5 millones de contagios y 240.000 muertes a nivel mundial, lo que ha suscitado numerosas investigaciones dirigidas a conocer su origen, modos de transmisión, signos, síntomas, y posibles tratamientos para el COVID-19.
Estudios recientes del coronavirus arrojaron datos en cuanto a las manifestaciones clínicas durante el examen de 1.099 pacientes con COVID-19 en China. De los cuales sólo el 0.2% desarrolló lesiones en la piel, por lo que dermatólogos fueron incorporados a la investigación, haciendo posible un número mayor de diagnósticos de enfermedad cutánea por COVID-19.
En una revisión de 88 pacientes positivos para COVID-19 pertenecientes a la región norte de Italia, 18 de ellos (20,4%) mostraron signos cutáneos al inicio de la enfermedad y 10 posterior a la hospitalización. Esta cadena de resultados conllevó a investigaciones del Coronavirus en España, donde se tomaron 429 pacientes de los cuales se excluyeron 54, debido a que se descartó al COVID-19 como agente causante de las lesiones.
Asimismo, este consenso español después de observar los hallazgos dermatológicos de las imágenes obtenidas demostró principalmente 5 patrones clínicos cutáneos característicos del COVID-19, los cuales fueron recopilados y se muestran a continuación.
Son lesiones edematosas y eritematosas parecidas clínicamente a la perniosis (sabañones). De los 375 pacientes con COVID-19 estudiados en España, el 19% de ellos presentaba pseudo- sabañones asociados con picor o dolor, distribuidos asimétricamente en las zonas acras como manos y pies. También pueden aparecer en los laterales, el dorso o las puntas de los dedos y las plantas, evolucionan durante 2 semanas cambiando a un color púrpura, también pueden presentarse ampollas hasta su desaparición, sanan sin dejar cicatriz y sin tratamiento.
Los pseudo- sabañones son característicos en los casos leves de COVID-19 y la edad promedio en la que se presenta es en niños y adultos jóvenes. Asimismo, en Lombardía, se presentaron 14 casos de manifestaciones en piel por COVID-19, de los cuales 11 eran niños y 3 adultos jóvenes con lesiones descritas como tipo pápulas (bultos) y máculas (manchas) eritematosas violáceas, algunas con ampollas e inflamación digital asociadas con prurito leve en los 3 casos.
Posteriormente en el Norte de Italia se examinaron 63 pacientes diagnosticados con Coronavirus, con lesiones acrales similares a las del sabañón. En estas predominaron las edematosas y eritematosas y se observaron ampollas en la mitad de los casos, se informó picor y dolor en el 27%, en el 20% sólo cursaron con picor y el 25,4 % no presentaron ningún síntoma. Y en menos del 5 % de los pacientes con COVID-19 leve presentaron fiebre.
Se describieron lesiones vesiculares monomórficas (que tienen la misma forma) en el 9 % de los pacientes en estudio por COVID-19, similares a las de la varicela que son polimórficas, distribuidas en el tronco, también puede estar presente o no el prurito y tener contenido hemorrágico.
Se observaron en pacientes de edad media asociadas con una gravedad intermedia de la enfermedad por COVID-19, con una duración de 10 días, manifestándose antes o simultáneamente con los síntomas generales del coronavirus.
Se presentan de forma inespecífica como lesiones tipo habón o placas eritematosas (enrojecidas), que pueden aparecer antes de presentar síntomas de COVID-19 como fiebre o tos, es decir, son más frecuentes en una etapa temprana de la infección por Coronavirus.
Informes españoles señalan un caso de una mujer de 32 años, positivo para coronavirus, con una lesión urticariforme que respeta mucosas, apareció a los 6 días posteriores del inicio de la enfermedad por COVID-19 y en una mujer de 28 años, 10 días después del inicio de COVID-19. En estos casos los antihistamínicos orales mitigaron los síntomas.
En un estudio español se observaron las lesiones urticariformes en un 19% de los pacientes y se asociaron con un estado grave de la enfermedad por Coronavirus.
Estas lesiones maculopapulares se manifiestan como manchas o bultos elevados en la piel, inespecíficos y variables que pueden ser descamativos o no y tener distribución perifolicular (alrededor de la salida del pelo). Se observaron en el 47% de los casos de españoles con Coronavirus, de los cuales más de la mitad presentó prurito, desaparecieron a los 9 días, pero se asociaron con una infección más grave por COVID-19.
También se estudió a un hombre de 58 años, hispano, positivo para COVID-19 que presentaba lesiones máculo-papulosas eritematosas con áreas de piel sana interpuestas en hombros, brazos, tronco, muslos y piernas sin presencia de fiebre. Estas desaparecieron a los 6 días luego del tratamiento con esteroides tópicos. La cara, las manos y los pies no se vieron afectados y manifestó dolor en las piernas y manos.
Se informó de otro caso en España de un niño de 6 años con Coronavirus y erupción maculopapular que no afectó palmas de las manos ni plantas de los pies. Esta apareció posterior a las 2 semanas de la presentación de los síntomas por Coronavirus y persistieron durante 5 días.
Estas lesiones se manifiestan en la etapa de mayor gravedad de la enfermedad por COVID-19 en la que los pacientes ya han sido trasladados a Cuidados Intensivos y se les ha conectado a ventilación mecánica.
Livedo reticularis se refiere a que hay una decoloración moteada de la piel, en forma de red y aparece como resultado de un flujo sanguíneo y oxígeno reducido en los vasos cutáneos afectados por la infección del COVID-19.
Se presentó en el 6% de los pacientes españoles con COVID-19, frecuentemente en los que se encontraban en estado crítico, con cianosis (coloración azulada de la piel por falta de oxígeno en la sangre) de los dedos de manos y pies, ampollas cutáneas y necrosis (muerte del tejido). Estos hallazgos se observaron principalmente en pacientes ancianos y se asocian con una mortalidad del 10% debido a infección por COVID-19.
Son lesiones eritematosas con petequias (pequeños derrames vasculares rojos) o erupción purpúrica. Estas pueden ser generalizadas o localizadas, predominantes en tronco con poco o nada de prurito (picor) que se evidenciaron en pacientes con Coronavirus.
Se observaron en un hombre español de 48 años positivo para Coronavirus, distribuidas simétricamente en glúteos, muslos anteriores, fosas poplíteas y parte inferior del abdomen.
Las erupciones con petequias o purpúricas suelen ser un síntoma de la enfermedad leve por COVID-19 y se resuelven sin tratamiento.
Se observaron lesiones tipo target, circulares, eritematosas, de centro más oscuro y dolorosas en 2 niños con COVID-19. En un estudio realizado en el Norte de Italia, se manifestaron en las manos y codos unos días posteriores a la aparición de lesiones acrales similares a los sabañones.
Dentro de un grupo de 27 niños con COVID-19, en 2 de ellos, igualmente se evidenciaron eritemas multiformes, no presentaban infección por herpes simple. Por lo que este tipo de afecciones es más común en niños, asociadas a un curso leve de la enfermedad por coronavirus.
De 88 pacientes de un hospital de Lombardía positivos para COVID-19, 14 mostraron erupciones eritematosas. De igual forma en 2 casos de un grupo de 133 ingresos hospitalarios por Coronavirus, presentaron erupción eritematosa no especificada distribuidas en el torso y la cara. Evidencia con la que se puede realizar diagnóstico diferencial del Coronavirus con eritema inducido por fármacos y exantema viral.
Son lesiones en la piel tipo moteado que corresponden a cambios vasculares cutáneos, que confieren el aspecto de manchas. Un Recién nacido de 15 días diagnosticado con COVID-19, presentó piel moteada y sepsis. Sin embargo, no manifestó síntomas respiratorios ni gastrointestinales característicos de Coronavirus.
Las afecciones exantemáticas son por lo general manifestaciones cutáneas de infecciones virales y dado a que la piel revela en muchas ocasiones la presencia de innumerables patologías sistémicas, el COVID-19 forma parte de estos signos.
Al igual que muchos de los virus tienen implicaciones en la piel. Estas evidencias patológicas pueden presentarse antes o de manera simultánea con los síntomas característicos del Coronavirus, por lo que no representan un marcador certero para definir la severidad de la enfermedad.
El tratamiento de estas lesiones es sintomático, debido a que la mayoría se resuelven por sí solas, se manifiestan de manera muy variable y con muchas similitudes a otras erupciones no relacionadas con COVID-19, por lo que se considera una enfermedad ¨simuladora¨ con múltiples presentaciones cutáneas.
Esta evidencia obtenida sirve de aporte para acercarse más al diagnóstico oportuno y preventivo del Coronavirus y así detectar a tiempo a los pacientes infectados y actuar para evitar el contagio de otras personas, contemplando las medidas de aislamiento.
Se recomienda hacer seguimiento de los pacientes con algún tipo de manifestación cutánea para poder con esa evidencia relacionarlos o no con el COVID-19 y ayudar a detener paulatinamente la cadena de propagación.
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