Las señales más comunes de esta enfermedad es la pérdida de peso, ganas de comer a cada momento, cansancio repentino, visión borrosa, cambios de humor, mucha sed y ganas de orinar. Estos síntomas no pueden pasar desapercibidos y deben llamar tu atención. Si padeces algunas de estas señales, es de suma importancia que acudas al médico para realizarte una prueba y recibir un diagnóstico certero.
Antes de detallar los tipos de diabetes es sustancial conocer que esta enfermedad se produce porque el páncreas, que es el órgano glandular, no puede sintetizar la cantidad de insulina que tu cuerpo necesita. La insulina es una hormona producida por el páncreas, que tiene como principal función mantener un nivel adecuado de glucosa o azúcar en la sangre. Los pacientes diabéticos tienen un exceso de glucosa en la sangre, conocido como hiperglucemia, ya que el proceso anteriormente mencionado no se realiza correctamente. Los tipos de diabetes son los siguientes.
Tiene mayor incidencia entre los jóvenes e infantes, aunque puede desarrollarse en adultos. En este tipo de diabetes, el propio sistema inmunitario del paciente produce una destrucción de las células encargadas de sintetizar la insulina, lo que origina una deficiencia total de la misma. La insulina es la hormona que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo. No se puede prevenir la aparición de la diabetes tipo 1 y no se conocen las causas que la provocan. Se caracteriza por ser crónica, ya que una vez que ha aparecido, la enfermedad no remite y requiere llevar un tratamiento de por vida. Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 han de administrarse inyecciones de insulina a diario para poder llevar un control adecuado de niveles de azúcar en la sangre.
La diabetes tipo 2 la padecen mayoritariamente las personas con más de 40 años y es 10 veces más frecuente que la diabetes tipo 1. Es conocida como la diabetes del adulto, no obstante, en los últimos años se han diagnosticado muchos casos de adolescentes con la enfermedad. La mayoría de las personas con diabetes tipo 2 pueden producir insulina, pero no en las cantidades suficientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento. En comparación con la diabetes tipo 1, esta tiene mayor riesgo hereditario. En la mayoría de los casos un padre o un abuelo tienen la enfermedad. El otro factor que puede general la enfermedad, es el estilo de vida, según varias investigaciones sobre esta enfermedad, el 80% de las personas que desarrollan diabetes tipo 2 tienen obesidad y su rutina no es muy activa.
Este tipo de diabetes la padecen las embarazadas. Se da entre un 2% y un 5% de los embarazos. Igualmente, las mujeres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en futuro.
Para saber si eres una persona diabética debes estar atento o atenta a un serie de síntomas, que varían según la cantidad de azúcar o glucosa en aumento. Los pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2, pueden en algunos casos, no sentir ningún síntoma al principio de la enfermedad. En la diabetes tipo 1, es todo lo contrario, los síntomas suelen aparecer muy rápido y ser más graves. Los síntomas que deben llamar tu atención son los siguientes.
Las ganas de ir al baño a orinar frecuentemente se produce porque tu cuerpo no puede transformar el azúcar en energía, por ende la glucosa permanece excesivamente en la sangre. Esto hace que los riñones trabajen más para filtrar y eliminar el azúcar del organismo a través de la orina. Este síntoma se presenta generalmente durante las noches, así que, si sientes muchas ganas de ir el baño ¡no esperes mucho tiempo y acude al doctor!.
Al estar reiteradamente visitando el baño, esto va causar lógicamente un aumento de sed por la deshidratación que se produce. Tu cuerpo tiene que reponer toda el agua perdida en las micciones. Te recomendamos estar constantemente hidratándonte para no perder más líquido y que tu cuerpo se descompense.
Los diabéticos padecen una constante ganas de comer a cada momento y esto es debido a la falta de azúcar en el torrente sanguíneo. Las células no pueden convertir la glucosa en energía para el cuerpo, por lo tanto el cerebro manda una serie de señales al cuerpo para que coma mucho más y así compensar la falta de energía en el organismo. Las personas diabética nunca deja de sentir hambre, siempre están insatisfechos. Así que si no ha pasado más de una hora desde que desayunaste, almorzaste o cenaste, y ya sientes hambre nuevamente. ¡Alerta! Puede ser una señal de la diabetes.
Aunque tengas mucha hambre, esto no hará que tu peso suba considerablemente, sino todo lo contrario, ya que la insuficiencia de la insulina en el cuerpo provoca una pérdida de peso. Si no estas haciendo ninguna dieta o deporte y ves que tu peso baja repentinamente y sin razón alguna, debes acudir a un especialista y realizarte un diagnóstico porque es un síntoma común de la diabetes. Los profesionales en el área de la salud, indican que una persona adulta que padece diabete puede llegar a perder entre 5 y 10 kilos en dos o tres meses.
Si te sientes cansado sin ganas de realizar nada, esto puede ser una señal de sufrir diabetes y esto se debe a que la falta de la insulina hace que las células no puedan transformar la glucosa en energía. Otra razón de que aparezca este síntoma en las personas diabéticas, es que la pérdida de peso y líquidos hacen que los riñones trabajen constantemente para eliminar el exceso de azúcar en el torrente sanguíneo. Por consiguiente, esto provoca que el organismo este constantemente en funcionamiento, acción que provoca una mayor fatiga.
Tener más glucosa en el torrente sanguíneo de lo debido provocan cambios de humor repentinos en la persona. Estar por un momento feliz y de repente irritarte por cualquier cosa, puede ser una señal de padecer diabetes. Estos cambio de actitud, por lo general no se he consciente de ellos, pero tus familiares son los que se dan cuenta. Así que si un pariente te hace la observación o te preguntan sobre tus cambios repentinos de humor, no puedes dejarlo pasar y debes acudir al doctor, mas si has presentando los síntomas anteriores.
Otra señal para descubrir si eres diabético, es padecer una visión borrosa. Este síntoma se origina por los altos niveles de azúcar en la sangre, que al no ser controlada afectan tu visión. Si ya te han diagnosticado con diabetes, debes tener mucho cuidado porque al no ser controlada la azúcar, esto a la larga afecta la retina y puedes sufrir una ceguera o un problema crónico en la visión.
Tener diabetes causa que tu piel presente llagas y una cicatrización lenta. Asimismo, si observas que empiezan a salir llagas en la boca o infecciones, puede ser otra alerta de diabetes. Esto es causado por el daño de los vasos sanguíneos, que llegaron a ese estado por la excesiva cantidad de azúcar que recorre el organismo.
Si después de detallar los síntomas más importante de la diabetes, y observas que presentas algunos de ellos y quieres descartar o confirmar que eres diabético, puedes realizarte una serie de pruebas. El primero es una análisis de orina, que puede mostrar los niveles altos de azúcar en la sangre. No obstante, si solo te realizas esta prueba no te dará un diagnóstico de diabetes. Para confirmar saber con certeza el diagnóstico, se deben hacer uno o más exámenes. Exámenes de sangre como la glucemia en ayunas, en esta prueba se diagnostica diabetes si el nivel de glucosa en ayunas es de 126 mg/dl o superior en dos exámenes diferentes. El otro examen es de hemoglobina, si el resultado es menos de 5.7%; esta normal. Pero, si está entre 5.7% y 6.4% es prediabetes; y diabetes es 6.5% o más alto. Por último, está la prueba de tolerancia a la glucosa oral, en ella se diagnostica diabetes si el nivel de glucosa es de 200 mg/dl lo superior luego de 2 horas de tomar una bebida azucarada. Cabe destacar, que esta prueba se realiza con mayor frecuencia para la diabetes tipo 2. Es importante que mantengas un estilo de vida sano, con hábitos que no te hagan subir de peso para prevenir esta enfermedad. Y si observas que padeces algunos de los síntomas antes mencionados, no te lo tomes a la ligera y acude al médico para que te practiques un diagnóstico completo.
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