La forma en cómo percibimos el mundo tiene relación con nuestros propios reflejos internos. Reacciones, respuestas, decisiones y emociones van de la mano con la autovaloración. Otros conceptos entran en juego al mirar cómo nos sentimos y vemos a nosotros mismos y tiene que ver con el hecho de que muchos factores influyen en esta percepción y autovaloración.
En estudio de Reina y colaboradores sobre la autoestima, autoeficacia y satisfacción vital en adolescentes, reportan el interés y auge de las personas sobre estos diferentes conceptos que forman parte de la vida. Finalmente, todas las cosas que se relacionan con lo que somos y hacemos responderán de acuerdo con nuestra autovaloración o el concepto de sí mismo. Estos son conceptos que a pesar de que tienen sus diferencias apuntan a un mismo interés, y tiene que ver con el autoconcepto.
La autoestima, la valoración personal y el autoconcepto en muchos casos nos definen como individuos y parte de una sociedad. Es precisamente en la adolescencia donde los cambios, emociones y conductas comienzan a tomar acción, dejando atrás progresivamente el cuerpo y mente infantil. Es en esta etapa de la adolescencia donde mayormente iniciaran los nuevos conceptos de sí mismo y la autovaloración.
Diversas teorías suelen asociar altos niveles de autoestima con adecuados ajustes psicológicos en la adolescencia, en esta etapa estos ajustes psicológicos no necesariamente se deben tomar como definitivos. Sin embargo, se debe reconocer que, a mayor autoestima, mayor autovaloración, por lo tanto, se presume mayor bienestar y calidad de vida, y en el caso de los jóvenes funciona como buen protector ante las conductas de riesgo propias de la adolescencia.
Forjar y trabajar en la autovaloración no es algo sencillo de lograr, recordando que los factores ambientales influyen, la cultura y sociedad forman parte importante en la vida de cualquier ser humano, y si el circulo al que pertenecemos está deteriorado, seguramente recaerá en la autovaloración, autoestima.
En esta influencia sobre la autovaloración también se encuentran los mecanismos de defensa de cada individuo. La personalidad y reacciones son individuales, por lo tanto, entran en juego muchos factores para definir el concepto de sí mismo.
Lo que pensamos que somos influye en lo que mostramos que somos, desde la autovaloración y el autoconcepto se desencadenan respuestas, cambios, acciones que hablan por nosotros, lo que hacemos con lo que creemos que somos sin duda es una apreciación de lo que nos caracteriza desde la individualidad.
Los términos autoconcepto, autoestima y autovaloración están interrelacionados cómo descripción del ser humano y la psicología, pero esto no es tan sencillo de describir por la complejidad de la subjetividad de cada ser humano. Generalizar y presentar patrones únicos no debe ser definitivo, finalmente el bienestar y autovaloración se van construyendo en el desarrollo humano.
La autovaloración tiene que ver con el propio concepto y valoración de las habilidades, fortalezas y mecanismo de una persona y está estrechamente ligada a las cualidades, vinculando a su vez elementos de acción cómo la creatividad que es parte del propio desarrollo personal.
La autoestima participa en la autovaloración, y se conoce como la forma en la que el ser humano se mira a sí mismo, se acepta y aprueba desde sus diferencias. Muchos teóricos la vinculan con el amo propio, sin embargo, va mucho más allá, considerando que fluctúa de acuerdo con relaciones internas y externas de una persona.
Cómo se mencionó anteriormente la autovaloración y autoestima van generalmente de la mano, principalmente son influyentes en el ser humano. Desde el punto de vista de la psicología, se tienen apreciaciones sobre la autoestima y autovaloración. Carl Rogers fundador de la psicología humanista refiere que muchas personas se menosprecian a sí mismas y no aceptan sus habilidades y fortalezas, influyendo esto en su desarrollo integral y autovaloración.
El termino autoconcepto está relacionado con preceptos sociales y culturales del ser, desde lo biológico y la corporalidad de lo que es ser mujer u hombre, sus participaciones y roles establecidos y la forma en cómo se defienden ante las amenazas ambientales. Por lo tanto, estas apreciaciones se relacionan también con la autovaloración.
Se suele asociar que una persona de alta autoestima y autovaloración es creativa no solo en el proceso de crear, también en la empatía y originalidad de sus formas de respuesta ante situaciones de la vida. Sin embargo, este es un hecho que no aplica a todas las personas, y eso depende de las capacidades, habilidades, conceptos y estrategias adquiridas en su aprendizaje, principalmente en la niñez influyendo posteriormente en la autovaloración.
La autovaloración en la creatividad es un principio que le permite al individuo la expresión de sus emociones, necesidades y relaciones interpersonales. La forma en que una persona se muestra con diferentes modos de expresión abre un abanico de posibilidades.
La capacidad de crítica, de abstracción y reflexión son puntos importantes en el manejo emocional, por el simple hecho de la libertad de expresión. La autovaloración y concepto de sí mismo, se fortalece ante la diversidad de formas y constructos, no solo individuales sino también sociales.
Es de suma importancia en el ámbito educativo que se realicen nuevas estrategias de evaluación, el arte, la música, la cultura y proyectos sociales que permiten la expansión de diseños críticos que promuevan diferentes capacidades de pensamiento y emociones. Las nuevas alternativas producirán mayor confianza en la auto estima, y marcará consecuentemente la autovaloración.
La creación y aceptación de otras posturas de expresión es el camino para el trabajo en equipo, romper algunos esquemas y parámetros establecidos puede ser en muchos casos enriquecedor para permitir conocernos como individuos desde una sociedad.
Al brindar apoyo y apertura a nuevas maneras de expresión se vienen cambios, y una persona que se siente escuchada y con una posición social fomentará mayores beneficios en su autovaloración y autoestima.
Para el autor Polaino, el término de autoestima se ha proliferado social y culturalmente desde aristas vacías, modas y de mal interpretación que perjudican en los mensajes sociales de lo que debemos ser y como debemos sentirnos.
Se cree desde los inicios de la psicología que la autoestima es “amor propio”, pero esto no define todo lo complejo del término.
La autovaloración y estima que tiene un individuo sobre sí mismo no es solamente aquello interno que lo define, lo que siente y cree, tiene un peso también significativo. El contacto con los demás, “aquella manera en como el otro me percibe es la forma en que yo me percibo”.
Al desarrollar la autovaloración se debe mencionar que los vínculos primarios y determinantes en el ser humano son principalmente las figuras parentales, maestros y familiares. Si una persona se desarrolla con déficit en estas figuras es probable que existan dificultades y alteraciones en la forma como se percibe a sí mismo, a los demás y en su autovaloración.
Otros factores influyentes en la creación de la autoestima y autovaloración es el “ideal”, es aquello que el ser humano desea ser desde su individualidad. La autoestima se ve influida por los cambios, por lo tanto, no es una variable permanente, factores culturales, reglas, normas, modas y también los estereotipos de belleza forman parte de estas.
La autoestima para algunos teóricos se desarrolla en tres fases importantes para un individuo, lo social, espiritual y lo material. Se cree que el cumplimiento de necesidades básicas y de comodidad propicia y favorecen la autoestima, pero como se mencionó anteriormente cada caso es individual, influyendo considerablemente en la autovaloración.
Lo importante a rescatar, es que la aproximación de lo que es la autoestima y autovaloración está en constante cambio.
Cómo se mencionó anteriormente, la autoestima y autovaloración está en constante cambio, porque los seres humanos buscan por naturaleza la evolución. No hay determinantes específicos que puedan funcionar completamente en todos los individuos, esto va más allá que asociarlo o manejarlo como una receta de comida. La mente y el comportamiento humano es de gran complejidad que estará en estudio y actualizaciones de por vida. Sin embargo, se pueden señalar algunas características según Peña y colaboradores como reflexiones para optimizar la autovaloración.
Hay situaciones donde no basta con lo antes mencionado para que una persona pueda apreciarse desde sus virtudes y defectos, todo lo contrario, los patrones sociales arropan a muchos en vacíos emocionales permanentes, trayendo déficits en la autovaloración y relacionado a su vez con alteraciones psicológicas que deben ser precisadas y tratadas por un especialista en salud mental. La subjetividad no permite ver las propias dificultades, y es necesario el apoyo psicológico y terapéutico para salir óptimamente.
La forma en cómo nos percibimos habla de lo que hacemos y mostramos a los demás. La autovaloración es un factor en constante desarrollo y cambio por factores individuales y sociales. Encontrar puntos de encuentro individual, desde la introspección fomentará un acercamiento a lo que somos y deseamos ser. Buscar que esto concuerde con los planteamientos sociales es el reto que se debe sobre llevar, finalmente somos los principales protagonistas de nuestras historias y creadores de nuestra autovaloración.
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